Sin duda. El agua del grifo es potable, es decir, es agua que pueden ingerir las personas sin riesgo para la salud.
En relación al consumo del agua suministrada existe la posibilidad de que algunas manipulaciones inapropiadas no intencionadas por parte del usuario puedan provocar un riesgo sanitario indeseado. En este sentido señalamos a continuación una relación de las principales irregularidades que se pueden prever:
- Que el consumidor disponga de instalaciones interiores de tratamiento y/o almacenamiento (por ejemplo: depósitos interiores, cisternas, aljibes, descalcificadores, equipos de tratamiento por membranas, filtros de arena o carbón activo, etc.) sin que estas se encuentren en condiciones sanitariamente correctas, bien porque no se realice el mantenimiento y limpieza adecuados o que sean aparatos no homologados o inadecuados.
- Que el material de las instalaciones interiores pueda provocar una afectación al agua suministrada, ya sea porque se produzcan concentraciones de sustancias nocivas o se modifiquen las características organolépticas o de salubridad del agua.
- Que el consumidor añada, para la desinfección, lejías u otras sustancias que no cumplan la legislación vigente para estos propósitos.
- Que el consumidor utilice inmediatamente el agua de consumo después de ausentarse por un periodo superior a cinco días del domicilio sin que se haya producido la necesaria renovación del agua contenida en los circuitos interiores de la instalación.
- Que un usuario / consumidor utilice dispositivos domésticos (vasijas, garrafas, botellas, jarras, etc.) para el almacenamiento y posterior consumo del agua sin las debidas precauciones higiénicas o por un tiempo excesivo.
El agua del grifo es potable y cumple todas las normativas de calidad establecidas por la legislación. Por ello, no es necesario adquirir ningún dispositivo adicional para tratar esta agua.
Sí hay que remarcar que, si se decide hacer uso de alguno de estos dispositivos, debe tener mucho cuidado y hacer un mantenimiento adecuado y regular, para que no aparezcan riesgos para la salud (contaminación por bacterias, desmineralización excesiva el agua, concentraciones elevadas de sodio, etc.).
El agua de consumo humano tiene en su composición sales y sustancias que le dan un sabor y un olor particular. Por lo tanto, que el agua tenga un determinado gusto y olor no debe considerarse como indicador de agua no potable. De hecho, la mayoría de los componentes que hacen que el agua tenga un aspecto, un sabor o un olor desagradable no son perjudiciales para la salud.
Sin embargo, en caso de que, de repente, el agua salga sucia, con un sabor o un olor desagradable, te recomendamos que te pongas en contacto con nuestro servicio de atención de atención al cliente.
El agua no es otra cosa que dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. Así de simple pero, a la vez, así de complicado. Se trata de uno de los elementos más importantes para la salud de los seres vivos.
El organismo humano está formado mayoritariamente de agua. Esta forma parte del 70% del peso del cuerpo humano. El agua es necesaria para la mayoría de funciones vitales y el cuerpo pierde a lo largo del día unos 2 litros de agua. Por ello es fundamental una correcta hidratación mediante una ingesta adecuada.
Además, el agua del grifo puede contener algunos minerales que también son indispensables para el organismo, como por ejemplo calcio, magnesio, bicarbonatos, sulfatos.
El agua del grifo contiene sales minerales y otros nutrientes que le suelen proporcionar un sabor y un olor particular.
Para mejorar el sabor y el olor, es recomendable depositar el agua del grifo en una jarra abierta de vidrio, dejarla reposar durante media hora para que se evapore el cloro e introducirla posteriormente en el frigorífico. El hecho de enfriar el agua mitiga su gusto y el olor a cloro.
Igualmente, si añades una gota de zumo de limón mejora su sabor.
AIGÜES DE BLANES, S.A. · Servei Municipal d'Abastament d'Aigua Potable